Revista Pentagrama 2015 – 5
Sabemos desde siempre que la verdadera tradición esotérica que trata de la liberación del alma en el Ser Humano, es decir de devenir ciudadanos del Reino de los Cielos, únicamente podía realizarse con efectividad con la ayuda de escuelas auténticas de la Gnosis. Si bien es cierto que todo puede ser objeto de lectura y estudio, esto sólo sirve para alcanzar un poder interior suficiente que nos permita franquear el umbral que nos separa de la verdadera visión de la realidad, pero la vivencia del Camino es ineludible, el Camino que está protegido por los “Portadores del Sendero” por toda la eternidad. Este camino es muy singular. Comienza y se acaba en el no-saber, se inicia humildemente y se termina modestamente. Durante el camino aprendemos que somos únicos aunque también parecidos en tanto que seres humanos; que somos tan importantes como los miles de millones de estrellas del glorioso firmamento divino y, al mismo, tiempo únicos en la experiencia del Único alojado en nuestro fuero más interior y en cada una de las miles de millones de células que lo envuelven.
Los Portadores del Sendero saben, custodian, ayudan, forman la Fraternidad Universal. Sin ellos no sería posible ni el más mínimo avance; con su benevolencia, el Sendero es una vía ancha que conduce a la verdadera realidad que alberga nuestro planeta.
ÍNDICE DE ARTÍCULOS
– Las siete escuelas
– Los límites de la felicidad
– El punto único
– En defensa de la verdad
– Un panteísmo superior
– Imágenes del mundo: Caux 2015