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Revista Pentagrama 2017 – 3

Según el filósofo Kierkegaard, el amor crea una deuda inconmensurable. No por parte del que lo recibe, sino precisamente por parte del que ama.
El amor que engendra una deuda no puede ser el amor verdadero. El amor no es reembolsable. El que da amor no se empobrece por ello, por lo cual no necesita nada a cambio. Todo lo contrario, según Kierkegaard, por el hecho de dar amor, su propia deuda se vuelve mayor, hasta devenir inmensamente grande.
¿Cómo es eso posible? Pues bien, este gran pensador lo explica así: el amor es un don, un don del universo, de lo más alto o del Uno, según
decía él.
Aquel que posee el amor es inconmensurablemente rico y por ello tiene una infinita deuda con el cosmos.
Además no necesita nada a cambio de su amor, pues en ese amor se halla plenamente agradecido a aquel que le capacita para dar amor, Dios, o el Único. ¡Es como
para quedarse mudo!

INDICE DE TEMAS
• Nicolai Astrup
• El ojo de Osiris, Antonin Gadal
• Amor Intellectualis Dei – El amor racional a Dios
• Manifestación exterior de un misterio interior, Elocuencia del símbolo
• Lo que somos y el libre albedrío
• Colores y palabras surgidos de una fuente
• Nicolás de Cusa: Filósofo, jurista, prelado y diplomático
• Tierra – Sol – Oro. Símbolo
• Paradoja: Columna