Carta a un joven, buscador espiritual
Carta a un joven, buscador espiritual
Al igual que tú, otros jóvenes sienten en sí un profundo anhelo espiritual
Gente de más edad, puede creer que es una suerte que te hagas, tan pronto en tu vida, esas preguntas fundamentales. ¿Pero en qué modo es eso una suerte? Estar desde muy joven unido a una dimensión espiritual, puede resultar difícil de integrar en tu vida. Puede a veces parecer complicado. Y no existe al respecto una respuesta intelectual estándar.
Hay en nosotros miles de millones de pensamientos. Miles de millones de “yoes”, enredados en una bola amorfa de pensamientos “yo”. Detrás de esos miles de millones de pensamientos, que cubren el verdadero ser, hay algo tan magnífico que es imposible describirlo.
¿Por qué piensan algunos que tienes suerte? Eso es porque creen que estas conectado a ese ser real; ese magnífico, feliz ser, que vierte en ti su alegría, su poder, su amor y su inmensidad.
Algunos preveían esta posibilidad, y la sintieron aún con más fuerza, cuando por primera vez entraron en un campo etérico puro, tal como el del templo de una verdadera Escuela Gnóstica. Ellos han aprendido a recibir esa fuerza que revela y abre la puerta al verdadero ser interior. Para ellos, hay una vida “antes” y otra vida “después” de esa experiencia, pues han reconocido la acción interior de esta fuerza y lo que ella transforma. Pero ellos ven también que ese camino requiere esfuerzo, y se imaginan que las cosas son más fáciles para ti.
Para otros, es justamente lo contrario. Ellos creen que los jóvenes no pueden tener experiencias internas de naturaleza espiritual.
¿Y tú, como puedes diferenciarte, a ti mismo, del lazo activo con la inmensa eternidad? ¿Cómo puedes distinguir la dimensión lineal, del inmenso universo que se encuentra detrás de todas las cosas y que se refleja en tu ser interior? Todo está entrelazado. ¿Acaso el compararte con algo te ayuda a saber quién eres?
Podría resultar más fácil actuar como si no hubiera eternidad ni núcleo espiritual, y así no tenerlos en cuenta en la vida diaria. Pero en realidad nunca escogemos. El Alma llama o no llama. Ella vibra y conecta…o no lo hace.
Puedes ciertamente actuar, como si no hubiera en ti una abertura para la gran fuerza que llama. Está llamando para la alegría más intensa, más unificadora, más magnífica. Pero siente también el dolor de la separación y la incapacidad de comprender que esta vida no es lo que anhela. Y eso no siempre es fácil de aceptar. Podemos experimentar esto, no como una percepción del alma, sino como un sufrimiento interior. Cuando esta fuerza nos llama desde dentro, podemos escucharla; no con nuestros oídos, sino como una sensación. Puede ser vista; no con los ojos, sino que la luz del alma irradia de tu ser y produce una vibración particular que puede ser percibida por aquellos que son sensibles a ello.
Incluso cuando te dices a ti mismo “no, yo no puedo ver nada, no puedo sentir nada”, eres confrontado con situaciones de vida particulares. Tus amigos, incluso sin darse cuenta, pueden ser tocados por esa luz que hay en ti. Y también, tú puedes sentirte mejor cuando estás con otros jóvenes que portan esa misma luz. Pues no se trata de ser algo o no serlo; se trata de la calidad del alma dentro de cada uno de nosotros; se trata de claridad, profundidad, sutilidad, magia.
Crecemos con una magia interna que no siempre es fácil de manejar. Puede producir la sensación de que es difícil de llevar. Si eliges confiarte a esa magia, sucederán cosas maravillosas, cosas tan magníficas que no pueden ser descritas con palabras. Pero aunque eso resulte extraño, se necesita cierto tiempo. También descubrirás que no estás tan solo, tan separado, como a veces has podido sentirte.
Intenta algo: cuando no seas feliz, cuando en ti crezca la conciencia de tu imperfección, intenta no sentirte insatisfecho por ello. O simplemente, intenta no proyectar esa sensación en los que te rodean. Mejor intenta tomarte el tiempo para percibir aquello que te guía desde el interior, y así encontrar el camino hacia esa compañía interior; descubrir el hilo mágico dentro del silencio. Cuando así puedas sentir la esperanza infinita, intenta no proyectarla sobre alguien en concreto, sino permite que su poder se despliegue dentro de ti. No te desanimes si, aún, no puedes “ver”.
El propósito del ego es ser el capitán de tu barco en la vida diaria. Pero tu ego no puede ayudarte en las cosas de tu Alma, en las cosas de la magia que se despierta en tu interior.
Esta magia le es entregada al Alma para liberarse y volverse de nuevo consciente y para actuar en esa verdadera realidad, esa vasta y feliz realidad. Esto le es entregado al Alma para que pueda actuar con otros en las fuerzas de esa realidad.
Eso no te impide vivir tu vida diaria, tener éxito o no tenerlo, tener amigos. Bien al contrario, esto te aporta una energía más satisfactoria. Y la alegría de aquello que se está tejiendo.
Entonces caminarás en la senda de la vida transfigurada. Porque, poco a poco, otros aspectos se despertarán, desvelarán, conectarán, y modificarán tus relaciones contigo mismo y con los otros. Esto creará la posibilidad de una nueva relación interior hasta entonces inimaginable, y dará respuesta a un posible anhelo no identificado.
Te deseo esa alegría que ha de venir.
Fuente: https://www.logon.media/es