La práctica del proceso

Los cinco escalonesLa práctica del proceso

El proceso espiritual que propone la Escuela Rosacruz se desarrolla en dos ámbitos fundamentalmente:

Por un lado, en la vida cotidiana, con todo el bagaje de experiencias que ella conlleva y aporta.

Por otro lado, en los Templos rosacruces donde se experimenta el contacto rítmico con la fuerza espiritual.

ENTRE AMBOS, LA FILOSOFÍA rosacruz actualiza la Enseñanza Universal y proporciona herramientas para su comprensión y su aplicación práctica

El camino rosacruz es un proceso alquímico de transmutación INTEGRAL, cuyo resultado será el nacimiento de un nuevo ser del Alma que trasciende los valores y las limitaciones del ego y está unido al Espíritu Universal.

Como una escalera de cinco peldaños, este proceso presenta cinco aspectos que se revelan PAULATINAMENTE y se comprenden imprescindibles para la consecución del objetivo:

 

1. Discernimiento.

El discernimiento en el camino permite la comprensión directa de las causas del estado de vida actual y de las posibilidades de liberación de las cadenas de la consciencia. Las experiencias de la vida junto a la intuición del corazón despiertan el interés por la comprensión de lo desconocido que mueve los hilos de nuestra vida concreta.

Para la Escuela Espiritual, esta comprensión es, ante todo, un re-conocimiento basado en la resonancia del ser interior con aquello que percibe, escucha y capta en la Enseñanza y el Aprendizaje Rosacruz.

La comprensión abre la puerta hacia la fuente de sabiduría interior: el núcleo espiritual en el corazón.

2. Anhelo de liberación.

Es el anhelo por realizar aquello que se comprende y proviene de la vibración del núcleo espiritual en el corazón, que ha despertado de su latencia. Ejerce un efecto de atracción de fuerza divina hacia el propio ser sin la cual no hay transmutación posible.

El “toque” de la fuerza divina impulsa hacia el conocimiento de sí mismo y aporta nuevos referentes al ser humano permitiendo que vislumbre las características de una nueva identidad, animando la renovación de la vida entera.

La intensa aspiración hacia una vida superior facilita el desligamiento progresivo de la “conciencia de la masa” y el inicio del camino hacia la libertad del espíritu.

3. Entrega de sí mismo al proceso de cambio.

Debido a que la conciencia egocentrica está profundamente arraigada en la naturaleza humana, es preciso desenmascararla y reconocerla en todos sus pormenores, tanto conscientes como subconscientes, para poder transmutarla.

Gracias a la comprensión, al anhelo de transformación y a la entrega, la disposición al cambio, la conciencia-yo cederá paulatinamente su egocentrismo y dará espacio a la consciencia del alma nueva.

4. Nuevo comportamiento de vida.

Cuando el candidato, la candidata, se ha entregado al proceso de transformación, adapta su vida a las necesidades del nuevo ser del alma, esforzándose por armonizar vida interior y vida exterior.

Los pensamientos -la actividad del santuario de la cabeza- y los sentimientos, deseos y sensibilidad –actividades del santuario del corazón- se han unido de manera coherente en una dirección y reciben la inspiración del Espíritu.

Esta unión da nacimiento a una nueva voluntad, que dirige su fuerza de manera no egocéntrica , propiciando un nuevo comportamiento basado en el Amor.

5. Nueva consciencia.

Como consecuencia de todo ello, la nueva consciencia nace y el ser humano es un portador de Luz que, unido al Espíritu, trabaja por la liberación de la humanidad, su presencia en el mundo aporta significado y renovación en todos los aspectos de la vida.